Los KPI o key performance indicators son indicadores que permiten a las empresas identificar sus puntos fuertes y débiles, tomar decisiones basadas en datos y ajustar su curso para optimizar el rendimiento. En este artículo te explicamos en detalle qué son y cómo puedes utilizarlos en tu negocio.
¿Qué es un KPI?
Imagina que estás al mando de un barco en medio del océano. ¿Cómo sabrías si estás navegando correctamente hacia tu destino? Aquí es donde entran en juego los famosos KPIs, o Indicadores Clave de Rendimiento. Ellos son la brújula dentro de tu estrategia: una métrica medible y cuantificable que te ayuda a rastrear tu progreso hacia una meta específica.
Veamos un ejemplo:
Supongamos que eres dueño de un comercio de calzado y que debés vender 100 zapatos por mes para ser rentable. Por lo tanto, estableces tu KPI en 100 zapatos por mes. En cualquier momento podés comparar la cantidad de unidades que llevás vendidas y tu objetivo de 100 zapatos, y podrás ver si estás en camino de alcanzarlo. Si esta tasa aumenta, la tienda está en el camino correcto; si disminuye, es hora de ajustar la estrategia.
Lo interesante es que puedes definir indicadores para cualquier actividad medible y estos te ayudarán para conocer en cualquier momento si el desempeño está alineado con el objetivo que definiste.
“Lo que no se puede medir no se puede gestionar”
En pocas palabras, los indicadores clave de rendimiento (KPI) son el objetivo que tenés en la mira (tu foco) y para el cual trabajás en un tiempo concreto. Podríamos decir, también, que es una forma de medir si una acción está respondiendo efectivamente a los objetivos propuestos por tu negocio.
¿Cómo pueden ser los objetivos en una empresa?
- Generales
- De un sector
- De un individuo
Ahora bien: ¿Para qué sirven los KPI? Veamos algunos de los motivos para implementarlos.
Colaboradores más comprometidos
Pensemos en el ejemplo de una orquesta, la cual no cuenta con partitura. Cada músico tocaría una melodía diferente, sin ningún tipo de coordinación. Lo mismo sucede en las empresas, cuando no definen KPIs. El compromiso de los empleados es la sinfonía que impulsa los resultados. Los KPI, entonces, actúan como la partitura, unificando a los empleados hacia un objetivo común.
Distintos estudios demuestran que organizaciones con una fuerza laboral comprometida logran una participación del cliente, productividad y rentabilidad un 21% mayores. ¿El secreto? La conexión entre los KPI y el compromiso.

Facilita el control y la consecución de objetivos
Imagina un juego de fútbol sin marcador… ¿Cómo sabrías quién está ganando? Los KPI son como el marcador del juego empresarial: si el objetivo es aumentar las ventas, un KPI podría ser el crecimiento porcentual trimestral, es decir, un claro marcador para medir el progreso.
Equipo y misión de la organización alineados
“Ganar dinero” no es una misión inspiradora; los KPI deben reflejar un propósito más profundo para que los empleados se conecten emocionalmente con su trabajo. Eliminar cualquier ambigüedad es clave. Los KPI deben trabajar en armonía con el objetivo final, asegurando que todos entiendan claramente su propósito y el impacto que pueden tener en la misión global.
Colaboradores: responsables del desempeño
Los KPI no solo miden el desempeño individual; también promueven la responsabilidad colectiva. Al incorporar KPI en la gestión del desempeño, cada empleado comprende cómo sus acciones diarias contribuyen al éxito general de la organización. Esto no solo mejora el desempeño individual sino que también impulsa el éxito organizacional.
Al sumar los KPI en la gestión del desempeño, cada miembro del equipo puede medir su impacto. Esto no solo mejora la productividad, sino que también alinea a todos hacia el éxito del negocio.