Si bien por las siglas de su nombre el ERP es el sistema creado para gestionar empresas, tú deberás analizar qué tipo de ERP necesitas estudiando profundamente tus necesidades. En esta nota te acercamos 4 consejos para hacerlo:
1. Enumera tus necesidades actuales y futuras.
Haz un listado de las problemáticas que presenta tu sistema o proceso de gestión actual y piensa cuáles podrías tener en el futuro. Por ejemplo: “necesito automatizar la gestión de morosidad de mi colegio”.
2. Analiza qué prioridad tiene cada una y luego define cuales son esenciales y cuáles deseables.
En función de las problemáticas ya analizadas define con cuáles será prioritario empezar.
3.Define los problemas que quieres que el software te ayude a resolver.
Vinculado a lo anterior, define con frases concretas cuáles serán los puntos a resolver por el sistema: “un software robusto que unifique la fuente de datos de mi organización”.
4. Alínea tus problemas con los requerimientos del sistema que vayas definiendo.
Ahora que ya sabes cuál será el ERP ideal para tu compañía, evalúa permanentemente lo que el sistema te solicita, ajustando conforme avanza la implementación.
Preguntas que pueden ayudarte a definir tus necesidades:
¿Sientes que la empresa maneja datos inexactos o no confiables?
¿Tus sistemas no pueden generar los informes que necesitas para tomar decisiones y tienes que generarlos en planillas auxiliares?
¿Tienes errores de facturación o quiebres de stock frecuentes?
¿Tienes planillas compartidas con tu equipo que se vuelven inseguras controlarlas?
¿Dependes en exceso del correo electrónico para comunicarte con tu equipo y con tus clientes?
¿Te falta integración entre los sistemas utilizados?
¿Ingresas los mismos datos más de una vez a tus sistemas de software?
¿Sientes que realizas manualmente muchos procesos que podrían automatizarse?
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