Si trabajas en una agencia de publicidad, sabes que la producción no es un área cualquiera: es el corazón donde las ideas se convierten en campañas reales, o como dice un gran amigo creativo “lo que el consumidor va a ver”.
El problema es que, en la práctica, la producción suele sentirse más como una película de terror que como parte importante del proceso creativo.
El guión se repite en casi todas las agencias:
- Un presupuesto que viaja por correo en diez versiones diferentes (8 por cambios ajustes solicitados por el cliente y 2 porque el ejecutivo se olvidó de mandar la versión correcta)
- Una aprobación que nunca llega en el tiempo esperado (o llegó y se perdió en el extramundo de los mails)
- Y un cambio de último minuto que lo revuelve todo (o desbarata todo)
- Lo que debería ser una rutina ordenada termina convirtiéndose en la trilogía del terror para cualquier productor o ejecutivo de cuentas.
Dolor 1: Presupuestos que vuelan en todas direcciones
El escenario es familiar: alguien envía un PDF con el presupuesto inicial. El cliente pide ajustes. Se manda una nueva versión. El director creativo hace comentarios. El cliente vuelve a pedir cambios. Y cuando llega el momento de la verdad, nadie sabe cuál es la versión “final-final-final”.
Este caos no solo genera retrasos:
- Puede llevar a errores en los costos.
- Afecta la rentabilidad de los proyectos.
- Y, lo más grave, quita tiempo valioso que el equipo podría invertir en la parte creativa.
Dolor 2: Aprobaciones eternas (o perdidas en el limbo)
“Sí, el cliente lo aprobó… ¿te llamó? ¿o está en un WhatsApp? ¿o en un correo que nunca respondieron?”. (Doooonde está???).
En producción, la falta de un sistema claro de aprobaciones puede hacer que una campaña quede frenada por días.
Lo que pasa detrás de cámaras:
- El ejecutivo persigue al cliente por todos los canales. (a veces hasta aplicando la ultima estrategia que es invitarlo a almorzar y así aprovechar de pedirle que le firme el estimado final)
- El equipo interno avanza “bajo su propio riesgo” (mejor no hablar mucho de esto)
- Y cuando finalmente llega la aprobación, el deadline ya está encima y el equipo está contra las cuerdas.
El resultado: estrés, reprocesos y un equipo agotado que termina pagando las consecuencias de un flujo mal gestionado.

Dolor 3: Cambios de último minuto
El clásico de clásicos. Esa frase que aterra a todo productor: “Solo es un detallito …”
En la práctica, ese “detallito” significa: rehacer una pieza, recalcular un presupuesto y mover todo el cronograma. Y aunque los cambios son parte natural del negocio, el problema está en cómo se gestionan.
Cuando no hay control de versiones ni trazabilidad:
- Los cambios se pierden en cadenas infinitas de correos.
- Nadie recuerda qué se aprobó antes.
- Y lo que parecía un pequeño ajuste puede terminar afectando horas de trabajo y el margen de rentabilidad.
El círculo vicioso de la producción
La mayoría de las agencias intenta controlar este caos con planillas de Excel, carpetas compartidas y mucho café. El problema es que esas soluciones “caseras” funcionan solo hasta cierto punto.
Al no centralizar la información, la agencia entra en un círculo vicioso:
- Cada cambio genera confusión.
- Cada confusión genera retrabajo y cada retrabajo impacta en tiempo, costos y motivación del equipo.
- La producción, en lugar de ser el motor de la agencia, termina siendo una fuente de desgaste constante (y teniendo al departamento en vilo esperando la pieza para poder enviar la orden y salir a la transmisión)
Cómo pasar del terror al final feliz
Aquí es donde entra la tecnología como protagonista. Con Solop ERP para agencias, los dolores de producción dejan de ser un thriller y se convierten en una historia mucho más tranquila:
- Presupuestos en tiempo real: todos los cambios quedan registrados en un solo lugar, con trazabilidad completa.
- Nada de “versión 5-final-v3.pdf”.
- Aprobaciones centralizadas: cada cliente aprueba dentro de un flujo claro, con fecha, hora y estado visible.
- Se acabó la persecución por WhatsApp.
- Gestión de cambios sin dramas: cada ajuste queda documentado, y el sistema recalcula automáticamente su impacto en tiempos y costos.
El resultado:
Equipos más enfocados en lo creativo. Proyectos más rentables. Y clientes más satisfechos porque sienten orden y profesionalismo en cada paso.
En resumen
La producción siempre será un terreno complejo: presupuestos que se ajustan, clientes que cambian de opinión y deadlines que corren rápido. Pero eso no significa que tenga que ser un dolor constante.
Con procesos claros y herramientas digitales como Solop ERP, tu agencia puede transformar la “trilogía del terror” en un proceso ágil, centralizado y transparente. Porque la creatividad merece menos caos… y mucho más control.