Cuando funcionan correctamente, los centros de distribución desempeñan un papel fundamental en la cadena de suministro y el crecimiento empresarial. ¿Quieres conocer en detalle las ventajas y desventajas de su uso? Aquí te lo contamos.
Un correcto funcionamiento de tu centro de distribución es clave a la hora de analizar la eficiencia de la cadena de suministro.
Veamos, en primer lugar, algunos beneficios de utilizar un centro de este tipo:
- Puedes mantener bajos los costos al disminuir los precios de manejo de inventario, ya que los centros de distribución tienden a tratar con bienes que se almacenan por períodos cortos de tiempo, a diferencia de los almacenes.
- Otra ventaja es la velocidad de envío: una empresa con varios centros de distribución en un área de mercado masivo puede potencialmente entregar a los clientes más rápido, ahorrando costos de envío y mejorando la satisfacción del cliente.
- Al centralizar el proceso de cumplimiento de pedidos, los centros de distribución pueden cumplir con pedidos más grandes con muchos SKU más rápidamente. Esto es mucho más efectivo que realizar múltiples pedidos con diferentes proveedores para cumplir con un solo pedido de cliente.
Las desventajas
Sin embargo, los centros de distribución no están exentos de inconvenientes. Estas operaciones deben ejecutarse rigurosamente para garantizar un funcionamiento eficiente:
- Cualquier pequeño detalle que se pase por alto puede causar problemas y cuellos de botella imprevistos.
- La mala comunicación con respecto a la recolección y el empaque puede generar problemas en el cumplimiento de los pedidos, y el inventario desorganizado o los diseños del almacén pueden dificultar que los trabajadores hagan su trabajo de manera eficiente.
- Del mismo modo, los problemas menores de control de calidad pueden dar lugar a retiros del mercado que no solo hacen que una empresa pierda dinero, sino que también pueden afectar su reputación.
- Los centros de distribución no son inmunes a las interrupciones naturales que pueden afectar negativamente las operaciones, como los fenómenos meteorológicos severos; interrupciones del transporte debido a accidentes o mantenimiento; y las fluctuaciones de la demanda de los consumidores, como las debidas a recesiones o depresiones (lo que puede afectar negativamente las operaciones).